Morelia, Michoacán.– Eduardo Díaz Antón, ex comisionado político nacional del Partido del Trabajo (PT) en Michoacán, anunció su renuncia a los cargos partidistas y a la militancia de ese instituto político, decisión que calificó como un acto de congruencia personal y política, al evitar dar más detalles de las razones de fondo que lo obligan a tomar esta decisión.
En conferencia de prensa, Díaz Antón descartó que su salida obedezca a conflictos internos o a un incumplimiento de acuerdos, y subrayó que no se trata de una ruptura con personas en particular, sino de una determinación ante la pérdida de coincidencias con las formas del partido.
“Mi renuncia no obedece a un capricho personal ni a un cansancio privado. Es una decisión de congruencia, porque hay momentos en que la conciencia, que es el verdadero tribunal, exige una definición”, expresó.
El exdirigente señaló que deja el PT “con la frente en alto y la palabra empeñada intacta”, agradeciendo al profesor Alberto Anaya, dirigente nacional del partido, y al diputado Reginaldo Sandoval, por la confianza y respaldo durante los últimos cuatro años.
Asimismo, reconoció a la militancia petista como la “columna vertebral de los triunfos” y agradeció a las fuerzas aliadas de Morena y el PVEM, con quienes el PT conformó la coalición en Michoacán.
En cuanto a su futuro político, Díaz Antón descartó incorporarse a otra fuerza partidista en el corto plazo: “No me verán en próximos días en otros espacios ni en otros encargos. Me voy por un tema de congruencia ideológica y política. Ya no coincidía con el partido y el partido ya no coincidía conmigo”.
El ahora exmilitante enfatizó que su decisión no busca generar divisiones ni descalificaciones hacia el PT, sino responder a una valoración personal sobre su papel en la vida pública.
Finalmente, aseguró que su compromiso con Michoacán se mantiene intacto y dejó abierta la posibilidad de volver a la política desde otros espacios: “No es un adiós, es un hasta pronto. Volveré cuando la conciencia me convoque y el deber me llame. Porque la vida pública no se reduce a unas siglas, sino a un compromiso”.