María José Medina Flores, era una estudiante de 19 años de edad, que cursaba la carrera de Veterinaria en la Universidad Michoacana, soñaba con graduarse, perfeccionar su inglés e irse a trabajar a los Estados Unidos, como lo hizo hace algunos años su hermano mayor.
Sus sueños fueron truncados por 4 hombres que la golpearon brutalmente aprovechando que había ingerido alcohol en exceso y luego la asesinaron de un disparo en la cabeza para que “no los reconociera”; dos están sujetos a proceso penal, pero dos siguen prófugos y el quinto fue “testigo protegido”, lo que permitió conocer los hechos y ayudó a identificar a los responsables.
María José estaba de vacaciones y había pedido permiso para permanecer en Morelia y acudir a un curso de perfeccionamiento de inglés, su familia se extrañó cuando el 17 de febrero no se reportó y aunque hicieron llamadas constantes no había respuesta.
La joven había acudido a un Bar localizado en la zona de Altozano, donde ya bajo los influjos del alcohol, fue contactada por un hombre que luego le ofreció llevarla a casa, pero en lugar de eso, la subió a un vehículo donde iban otros cuatro sujetos, Francisco, Cristian, Pablo y otro más, del que no se dan particulares.
María José fue agredida física y verbalmente por al menos cuatro de los sujetos, uno de ellos intentó asfixiarla pero ante su resistencia, se dirigieron en el vehículo hasta el tramo Morelia-Atecuaro, donde la bajaron, otros la rodearon para que no pudiera escapar y uno de ellos le disparó en la cabeza; aventaron su cuerpo semidesnudo en un precipicio y escaparon.
Sus hermanos identificaron el cuerpo de María José 2 días después cuando acudieron ante la Fiscalía General del estado a denunciar su desaparición; el dictamen de la necropsia médico legal, señala que recibió 30 golpes en diferentes partes del cuerpo, pero falleció por el disparo en la cabeza.
Los hechos ocurrieron el 16 de febrero del 2017 en Morelia, pero 7 años y 4 meses después, el padre de la víctima, José Armando Medina recuerda lo ocurrido como si fuera ayer, al traer a la memoria la dificultad que le implicó dejar que su hija menor saliera a estudiar a Morelia.
El hombre es oriundo de Salvatierra, donde ha vivido desde hace casi de 70 años, también es veterinario de profesión, ya jubilado, que decidió ir a buscarla en familia, luego de que no contestaba las llamadas.
“Ya que no la hallamos en la casa y que no dejó ninguna señal que estuviera por ahí, nos fuimos a la fiscalía y ahí después de dos o tres trámites, interrogatorios y la chingada nos dijeron que habían encontrado el cuerpo de una mujer allá al sur de Morelia, a esas alturas yo aún no pensaba que fuera mi hija, pero bueno, luego nos mandaron llamar a la Fiscalía de delitos contra la mujer y nos dijeron que ahí estaba ya, llamaron a mi hijo el mayor y el menor la identificaron y ya”.
La voz del hombre muestra el dolor que ha cargado durante todos estos años, tras conocer las circunstancias en que se desarrolló el crimen de su hija, que había acudido esa noche al bar para festejar el cumpleaños de una amiga, pero luego “fue encontrada golpeada y con un tiro en la cabeza”.
La insistencia de la familia, permitió que se asignaran a dos agentes investigadores únicamente enfocados a este caso y quienes lograron identificar a uno de los jóvenes que no participó en las agresiones, pero estuvo en el coche donde la trasladaban.
Ese hombre, en calidad de “testigo protegido” permitió conocer lo ocurrido esa noche, y detener a Francisco y Cristian, que fueron quienes impidieron que María José escapara del sujeto que le disparó y la agredieron en repetidas ocasiones.
También fue identificado quien la condujo al coche y quien la asesinó con arma de fuego, pero sigue prófugo incluso con ficha de interpool para buscarlo en otros países, ya que si fue detenido por la Fiscalía pero no les fue posible retenerlo.
“Si dieron con él y lo tuvieron en la Fiscalía, pero fue un licenciadito que se dedica a defender estos casos y por fallas legaloides, administrativas o de redacción, no se qué haya pasado, lo dejaron ir, para cuándo lo dejaron ir posteriormente sacaron la ficha roja ya no estaba aquí”.
De manera inexplicable también sigue libre el otro joven que la contactó y la condujo al vehículo, incluso conocen que vive en el municipio de Paracho, pero no hay cargo contra él.
El próximo lunes se desahogarán los alegatos finales contra Francisco y Cristian, quienes son acusados de feminicidio en “cuanto autor material”, la Fiscalía pedirá la pena máxima de 50 años de cárcel para cada uno, el papá de María José solo exige justicia y que se detenga a los asesinos de quienes acabaron con la vida de su hija, pero también con su existencia.
