Isabel es una mujer de 52 años de edad que hace fila desde hace dos semanas para recargar un tanque de oxígeno, asiste entre 3 o 4 veces al día en turnos divididos entre sus hermanas. Diariamente gastan por encima de 2 mil pesos por las recargas, con el único fin de mantener con salud a su madre de 72 años, quien enfermó de manera repentina de COVID-19.
Este domingo no hubo muchas personas haciendo fila en la surtidora de oxígeno de la empresa Infra ubicado en la avenida Madero Poniente, pese a que en las últimas semanas se registró un rebrote de contagios y el aumento de la hospitalización, causando largas filas de familiares buscando recargar su tanque.
“Ahorita nos van a tardar 45 minutos, nos llenan el tanque y después nos lo regresan. Estoy viniendo tres o cuatro veces al día porque no hay tanques grandes y para poder conseguir uno grande nos pasan a una entrevista y si no hay a esperar. Si tampoco traes el dinero tampoco”
Con su madre tratada médicamente desde casa, Isabel lleva 2 semanas con esta rutina, mostrando su preocupación al dejar caer algunas lágrimas que fueron secadas rápidamente por un pañuelo.
Apoyada por sus tres hermanas, Isabel dijo desconocer cómo su mamá, una mujer hipertensa y con una Enfermedad Pulmonar Inflamatoria Crónica (EPOC), pudo contagiarse de Coronavirus si permanecía en casa.
“Ahorita ya van como 15 días, tiene 79 años. Mi mamá no sale, pero es una persona viuda y mi mamá es hipertensa, tiene EPOC, tiene muchos años. Yo fui a hacerme la prueba del COVID y me salió negativa”
Por el momento, para la señora Isabel solo queda confiar en los medicamentos y en Dios para que la salud de su madre mejore.