Competencia desleal de productos chinos y discriminación de compradores que regatean los precios, denunciaron 2 de las ganadoras de la edición número 53 del tradicional Concurso Artesanal de Noche de Muertos que se realizó en Pátzcuaro y donde este año se inscribieron más de 2 mil 80 piezas.
María Elvia Silva Bartolo, originaria de Zipiajo, municipio de Coeneo aseguró que el premio de 40 mil pesos que recibió al ser ganadora en la categoría “es regular”, pero sirve para que las y los artesanos puedan seguir trabajando sin que se pierdan estas actividades tradicionales.
Con 59 diplomas que acreditan los premios que ha recibido, señaló que es representante de un grupo de 25 mujeres artesanas, por lo que el premio se distribuirá entre todas a partes iguales.
“Nosotros somos 50 mujeres, cuando nos dan premio, eso no me va a servir nomás a mí, compartimos con las compañeras de mi pueblo, con las que participamos en los concursos, nos toca de a poquito para seguir trabajando”.
María Elvia elaboró una olla de alfarería grande con tapadera, adornada con figuras de pájaro que es sello característico de su trabajo, la cual se vendió de inmediato por lo que no se exhibió con el resto de las piezas ganadoras.
Sin embargo, exigió no se permita la venta de productos chinos que se venden muy baratos y disminuye sus ingresos.
“Para que podamos vender nosotros, porque ahí es donde se cae todo y ahí es nuestro trabajo, nosotros no andamos haciendo marchas y otras cosillas, porque necesitamos trabajar para sobrevivir”.
Integrante de una de las 2 únicas familias que se dedican a la artesanía de Alfarería de Bruñido en Michoacán, Martha Chichipan Cuiriz, ganó un premio especial al presentar un juego de 8 cazuelas que denominó “rescate mujer purépecha”.
Originaria de El Chupio, municipio de Tzintzuntzan señaló que realizar este tipo de artesanía tiene un significado especial, porque busca trasmitirlo a las siguientes generaciones, debido a que se ha ido perdiendo por la venta de piezas de plástico y aluminio, y la discriminación de personas que siguen regateando los precios de artesanías que requieren mucho trabajo.
“Yo tengo que darle un valor, lo que es justo y llega China, si yo la doy a 100 pesos, éste llega y la da a 10 pesos, entonces no es justo, y ya luego solo vienen y foto por aquí y foto por allá. Entonces no es justo lo de todas las cosas chinas que nos está afectando a nosotros, porque ahora sí hay mucha competencia en la situación”.
Las artesanías que elabora esta mujer, se venden en la actualidad a otros países como Estados Unidos de Norteamérica, Francia y España.
