El Chelsea derrotó en la gran final de la UEFA Champions League, al Manchester City 1-0, para proclamarse como los nuevos monarcas de Europa.
Los blues fueron mejores que los Citizens durante los 90 minutos, en un juego en donde los dirigidos por Pep Guardiola, no desempeñaron su mejor partido.
El autor del único gol del partido fue Kai Havertz, que aprovechó una gran contra de su equipo, para quitarse al portero del City y luego definir tranquílame y marcar el gol del triunfo al minuto 42 del primer tiempo.
Ya en la segunda mitad, el Manchester City intentó tibiamente igualar el partido, pero no consiguieron abrir a un Chelsea, que aguantó los ataques.
De esta forma, el Chelsea conquistó su segunda Champions League en su historia, luego se haber conquistado su primera orejona en el 2012.