Pese a que poco más del 10% del monto de remesas que enviaron en el primer trimestre del año los migrantes mexicanos radicados en Estados Unidos de Norteamérica llegó a Michoacán, el Banco de México y la Secretaría del Migrante (SEMIGRANTE) pronosticaron que a partir de abril se registrará una caída del 20% en los ingresos por este concepto.
El responsable de la política migratoria en la entidad, José Luis Gutiérrez Pérez, calculó que entre enero y marzo de este año, Michoacán recibió 953.4 millones de dólares, que representaron 22 mil 881 millones de pesos, a un tipo de cambio promedio de 24 pesos por dólar. Las cifras reflejan que el aumento fue de cerca del 21% en relación al mismo trimestre del año pasado.
Explicó que el estado se posicionó en el segundo lugar nacional en recepción de remesas, sólo superado por Jalisco, ya que los connacionales mantienen su espíritu de solidaridad con su lugar de origen
“Hubo un incremento en el monto que envían, mucha gente aunque veía la cosa complicada en Estados Unidos dijo: “voy a mandar un poco de mis ahorritos a mi mamá a mi papá, a mi familia, para que la libren en esta pandemia. (…)”
Sin embargo, señaló que en Estados Unidos alrededor de 30 millones de personas han presentado solicitud para ser beneficiados con el seguro de desempleo, por lo que “el Banco de México ha pronosticado que entre abril y mayo se registrará una disminución de hasta 20 puntos porcentuales en el monto de las remesas”.
Gutiérrez Pérez se refirió a la preocupación que ya han comenzado a manifestar algunas familias de comunidades marginadas del estado que han dejado de recibir recursos y han externado su preocupación al respecto, ya que, para la mayoría representa su principal ingreso.
“Esas remesas llegan a las comunidades más vulnerables de Michoacán, las remesas son las que activan las economías en muchas comunidades, pueblos, municipios, y las remesas son la fuente de activación económica”.
Explicó que pese al riesgo que representa de contagio de COVID-19, el 80% de los migrantes indocumentados que radican en la Unión Americana se mantienen activos en los campos agrícolas, ya que se considera una labor esencial en medio de la contingencia sanitaria, mientras que quienes son beneficiados con el seguro de desempleo, reciben el 40% de su ingreso habitual.