Faltan menos de dos semanas para que se lleven a cabo los comicios intermedios, en los que los michoacanos elegiremos gobernador, diputados locales y federales, además de presidentes municipales.
Lo particular de este proceso es que estarán en juego dos maneras de entender la política o, más claramente, de entender el ejercicio del poder.
En el caso de la gubernatura, más allá de que son varios los candidatos que se disputan el máximo puesto, la realidad es que sólo hay dos contendientes. Por un lado, Carlos Herrera, candidato del Equipo por Michoacán, conformado por el PRD, el PAN y el PRI. Por el otro lado, Alfredo Ramírez Bedolla, candidato de Morena y PT.
Carlos Herrera es un hombre con experiencia, que viene de la administración del gobernador Silvano Aureoles y ha sido dos veces presidente municipal de Zitácuaro. Si bien Herrera marcó desde el principio un deslinde con el gobernador, lo cierto es que su propuesta significa, en términos reales, un continuismo con el gobierno actual, esto en virtud de que, aunque forje su propio estilo de gobernar, también debe mantener las políticas públicas que han funcionado.
Digamos que Herrera tiene el reto de aprovechar lo mejor del gobierno silvanista y darle un nuevo impulso, a fin de permitir que la normalidad democrática que todos anhelamos se instale con plenos derechos en nuestra entidad.
Por lo que corresponde a Alfredo Ramírez Bedolla, el candidato de Morena representa una verdadera incógnita respecto a lo que podría ser un posible gobierno bajo su conducción. Ramírez Bedolla es un político joven, con una trayectoria más bien de bajo perfil, que ha destacado por ser uno de los críticos más enjundiosos del gobierno de Silvano Aureoles.
Con Ramírez Bedolla queda además la duda de que no sea él quien gobierne el estado, pues detrás de su campaña se encuentra un aparato político conformado por figuras controvertidas, como el ex gobernador Leonel Godoy y el ex alcalde y fallido aspirante Raúl Morón. ¿Ramírez Bedolla tendría el mando o sería una pieza decorativa, el plan B de quienes manejan su campaña, como han denunciado sus opositores?
Esta es la duda a la que nos enfrentamos los ciudadanos, de ahí que se considere que la apuesta de Ramírez Bedolla sea una incógnita que puede tardar bastante tiempo en despejarse, algo que podría resultar arriesgado en un futuro próximo.
Como sea, es un hecho que el michoacano debe salir a votar con la cabeza muy fría, pensando en lo mejor para el estado. El día crucial se acerca y, lo más prudente, es hacer una profunda reflexión no sólo sobre lo que ofrece cada aspirante, sino el ámbito del que proviene y la gente de la que se ha rodeado, pues sólo el conocimiento de lo que es cada quién puede brindarnos una mejor herramienta a la hora de emitir el voto.