Morelia, Mich.-Los obispos de las cinco Diócesis de Michoacán, denunciaron el abandono que viven por parte de autoridades en materia de seguridad la zona Costa de Michoacán y Chinicuila, cuyas localidades están invadidas por grupos armados que no son autoridades.
Armando Ortiz Aguirre, obispo de Lázaro Cárdenas, que abarca la Costa Michoacana y de Guerrero, enfatizó que hace apenas unos meses estaban tranquilos, pero se intensificó la presencia de autodefensas por la invasión que desde Colima ha hecho este “grupo jalisciense”.
“A mí me sorprendió que desde hace meses se da la invasión desde Colima de este grupo jalisciense, y que empieza hacer estragos en el territorio de mi diócesis, ante eso nos sentimos impotentes, si se denuncia, pero parece que solo se tiene presente el dato, pero como la autoridad necesita actuar más, en estos temas”, dijo.
Al emitir un pronunciamiento contra lo que denominaron violencia ambiental, los obispos recriminaron que en el estado se mantienen los focos de violencia. Javier Navarro Rodríguez obispo de la arquidiócesis de Zamora, señaló que son loables los esfuerzos que se han hecho por la paz, pero dijo que no han sido suficientes para lograr resultados que calificó de “muy pobres”.
“En Michoacán siguen habiendo focos de violencia en todo el territorio y somos cinco diócesis, y la vida humana sigue sin ser valorada como si tuviera un escaso precio, por parte de gente que ha hecho del crimen y corrupción su modo vivendi, si estamos preocupados, porque no desconocemos los esfuerzos, pero han sido pobres los resultados”, mencionó.
A su vez, Cristóbal Ascencio García, obispo de Apatzingán, también se refirió al desplazamiento forzado de familias en la región, misma que dijo ha disminuido, pero afecta a la comunidad de El Salitre, municipio de Chinicuila. “Son lugares que les tocan el desplazamiento con la ciudad Lázaro Cárdenas, con desgracia lo vivimos, cualquier desplazado, de momento en mi diócesis disminuyo el desplazamiento, pero en el municipio de Chinicuila, en la comunidad del Salitre, el miércoles de la semana pasada fuimos acompañar aquellas comunidades que están siendo desplazadas están sufriendo lo indecible por la violencia, personas armadas que no son de la policía estatal se disputan los territorios, pero los pisoteados en sus personas, en sus bienes en lo elemental, son los que más lo viven”, mencionó.
Durante el pronunciamiento, los obispos advirtieron que hay desafíos urgentes ecológicos en Michoacán, uno la crisis hídrica, políticas públicas deficientes para el cuidado, acceso, saneamiento y sequía; el cambio de uso de suelo: la expansión arbitraria e irregular de monocultivos en territorios indebidos y la ausencia de justicia ambiental: no son eficientes ni las políticas públicas ni los organismos que deben velar por el cumplimiento.
Sostuvieron que es preocupante la “Certificación de buenas prácticas del cultivo de aguacate”, del 29 de agosto 2024, en el que más de 250 mil hectáreas se les concedió la amnistía para exportación, por lo que se simula o legaliza el aguacate procedente de tierra que deforestaron, incendiaron o se apropiaron de manera ilegal.
