La comunidad de Ucareo invita a la edición número 48 de la Feria de la Pera, una fruta cuya producción ha ido históricamente a la baja, ya que era la principal de la región alta de Zinapécuaro en la primera edición de esta festividad, pero en la actualidad representa menos del 10 por ciento de las hectáreas dedicadas a la fruticultura.
Enrique Mendoza Solís, representante de los fruticultores de esta región, explicó que en 2012 la pera ya se trabajaba solamente en 750 o 900 hectáreas, y en 2018 –la estimación más reciente– llegó a la mitad, pues sólo se producía en 400 de las más de 5 mil dedicadas al cultivo de fruta, aunque, añadió, la cifra podría ser menor.
En cambio, hay en esta región 2 mil 700 hectáreas dedicadas a la ciruela “michoacana”, la número uno a nivel nacional, y 2 mil de durazno, el primero del estado y el segundo de México, frutas a las que transitan los productores que no encuentran utilidades suficientes en los mercados de la pera.
Mientras que un árbol de durazno comienza a traer utilidades desde el segundo o tercer año, un peral de la variedad local tarda hasta 8 o 10 años en producir, y su fruta se vende entre los 2 y los 3 pesos el kilogramo para la industria de la transformación, y hasta a 6 o 7 pesos para otros mercados, lo cual representa una derrama económica anual de apenas 48 millones de pesos.
Una de las razones por las que no despuntaría este sector frutícola, es la cantidad de “candados burocráticos” para acceder a los apoyos gubernamentales.
Los principales compradores de la pera de Ucareo, son empresas como Jumex, Boing, Valle Redondo o Fresh Pop, que buscan el producto para hacer yogures, jugos u otros productos procesados, mientras que lo que no se vende –entre el 10 y el 20 por ciento de la cosecha– se procesa en licores, almíbares y mermeladas.