Gas lacrimógeno alcanza a manifestantes, pero también a ciudadanos, comerciantes y periodistas

Comerciantes y ciudadanos que circulaban por el centro de Morelia, además de periodistas se vieron afectados por el gas lacrimógeno que lanzaron elementos de seguridad, luego de que estudiantes se manifestaron para exigir que las autoridades atiendan la inseguridad, tras el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez.

Los ánimos de los manifestantes se calentaron cuando los elementos de la Guardia Civil arrojaron gas lacrimógeno para dispersarlos.

En cuestión de segundos, el gas invadió el entorno, al grado que ingresó en establecimientos que tuvieron que cerrar para no sufrir afectaciones y afectó a ciudadanos que estaban por la zona, quienes trataban de resguardarse, mientras otros esperaban a que el efecto del gas pasara un poco para retomar su camino.

Ante los hechos, ciudadanos que no formaban parte de la manifestación reaccionaron ante la actuación de los elementos de seguridad, a quienes señalaron de ser “unas tapaderas”.

Un grupo de personas que caminaba frente a la Catedral de Morelia cubriéndose del gas con la misma ropa que portaban, señalaron que lo sucedido es consecuencia del cansancio de la población ante la falta de actuación de las autoridades.

Con impotencia por los hechos y por la impunidad que prevalece en el estado y el país, una joven estudiante confrontó de manera pacifica a los elementos de seguridad, a quienes les dijo que no entienden su postura, ya que no han vivido la desaparición de un hijo o un padre secuestrado.

Como parte del contingente de estudiantes, un joven originario de Apatzingán reconoció tener miedo a perder la vida por pedir justicia y que se haga algo ante la inseguridad que invade.

En repetidas ocasiones, los elementos de seguridad lanzaron gas lacrimógeno para dispersar a los jóvenes que se mantenían en las inmediaciones de la Plaza de Armas y del Congreso del estado.