El cineasta local, en su sexta participación en el Festival de Cine de Morelia, presenta el cortometraje “Ya no sé si vivo en un recuerdo”, una obra profundamente personal que utiliza el material de archivo para reconstruir la memoria de un familiar asesinado y abogar por el diálogo y la empatía como pilares sociales.
Origen e Inspiración: Reconstrucción de un Recuerdo Difuso
La película es una exploración familiar y un intento de reconstruir los recuerdos difusos de su tío. El proyecto surgió como un ejercicio para un taller de la Cátedra Bergman y la Filmoteca UNAM en 2023, cuyo tema era “lo queer y lo revolucionario” a través del material de archivo.
El cineasta utilizó el asesinato de su tío como pretexto para resignificar material de archivo y establecer un “diálogo imaginario” con el familiar ausente, intentando conocerlo a través de fotografías, álbumes y relatos.
Retos de Producción: El Diálogo con el Archivo
El mayor reto de la producción fue crear una película sobre alguien que ya no está y a quien el director solo conoció a través de relatos fragmentados.
El cineasta sintió que las entrevistas tradicionales a cámara no encajaban en la narrativa, por lo que la solución fue acompañar el material familiar con material de la filmoteca para darle cuerpo a la historia. El proceso de edición fue exhaustivo, requiriendo ver muchas horas de archivo y tomar decisiones difíciles sobre la selección, el tiempo y el orden del material.
Mensaje Principal: La Conversación como Fuente de Empatía
Aunque el director reconoce que cada espectador le dará su propia interpretación, el mensaje central que busca transmitir es la empatía. Su objetivo al hacer cine es empatizar con otras personas, conocer sus ideales, sueños y cómo ven el mundo.
El realizador considera que la conversación es la herramienta más importante de la sociedad, ya que es la única manera de comunicarse, conocerse y fomentar el diálogo, la empatía y el respeto. Cree que, al empezar por estos valores, “muchos problemas empezarían a lo mejor a tener una solución”.
Un Veterano del Festival que Siente el FICM “Como en Casa”
Esta es la sexta vez que el cineasta participa en el festival, lo que lo convierte en un veterano. Al ser originario de Morelia, el FICM “se siente como en casa”, y disfruta enormemente de ver cine mexicano e internacional, además de platicar con otros realizadores.
Ser seleccionado en repetidas ocasiones representa una manera de valorar el trabajo en equipo y la oportunidad de generar un diálogo con el público y otros realizadores sobre temas que de otra forma no se abordarían, creando una valiosa “lluvia de ideas” en la comunidad cinematográfica.



