El cortometraje documental “Aki” es un retrato íntimo de Irene, una mujer Nikkei (de padres japoneses, nacida en México) cuyo nombre japonés, Akiko, da título a la obra. Irene, bailarina profesional de danza tradicional japonesa, directora de teatro y actriz, es el eje de esta pieza que celebra la persistencia y la convicción artística a pesar del paso del tiempo.
Inspiración y Mensaje de Constancia
El director de “Aki” se inspiró en su profunda admiración por la forma en que Irene se ha mantenido firme y constante en su compromiso artístico, a pesar de las adversidades.
El documental aborda el desafío de la edad y el reconocimiento de las limitaciones físicas (como el cansancio más rápido del cuerpo), contraponiéndolo con su inquebrantable convicción de seguir creando arte e integrándolo a su vida cotidiana a través del canto, la pintura, la cocina y el diálogo.
El mensaje central que busca transmitir la obra es la importancia de darle a las cosas su propio ritmo, de la concentración, la paciencia y la constancia (el no desistir). Estos valores están profundamente ligados a la cultura oriental, a esa conciencia del hacer y del estar vivo.
Un Proceso Colaborativo e Íntimo
La realización del cortometraje fue un proceso natural y colaborativo. El acceso a la intimidad de Irene fue posible gracias al vínculo familiar y la cercanía que el director forjó con ella a lo largo de más de diez años.
Irene abrió las puertas de su casa para la filmación de toda la película, logrando que la historia sea un reflejo directo de su vida, y que “básicamente la escribió” ella misma, asegurando la autenticidad del relato.
Participación en el Festival
Esta es la tercera participación del director en el festival de cine. El realizador expresó su profundo agradecimiento de que el Festival sirva como la “ventana” para compartir su trabajo y la inspiradora historia de Irene con un público más amplio.


