Morelia, Mich..— En medio de un ambiente de tristeza, familiares, amigos y compañeros despidieron este martes al presidente del Sistema Producto Limón, Bernardo Bravo Manríquez, en una emotiva misa celebrada en una funeraria particular de Morelia.
El servicio religioso que tuvo lugar a las 13:30 horas y al que solo se permitió el acceso a medios de comunicación durante unos minutos, reunió a las personas más cercanas al dirigente limonero. Su esposa, Ameli Gissel Navarro Lepe, presidenta del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán, y sus dos pequeños hijos, vestidos de blanco, le dieron el último adiós entre flores y oraciones.

El féretro, rodeado de rosas blancas y acompañado por una foto del propio Bernardo, fue recibido con los acordes de un mariachi que interpretó piezas religiosas mientras la misa avanzaba en silencio y respeto.
Durante la ceremonia, las miradas se cruzaban entre lágrimas contenidas y gestos de consuelo. No hubo discursos, solo la presencia de quienes recordaban al hombre que dedicó los últimos años de su vida a defender al sector limonero y a exigir justicia ante las adversidades que enfrentaban miles de productores.

Bravo Manríquez fue una de las voces más firmes del gremio, impulsando la organización del sector y alzando la voz contra las extorsiones y la caída del precio del limón, una problemática que afecta a más de 20 mil familias en Michoacán.

En el último adiós no hubo presencia de funcionarios; en cambio, acudieron quienes compartieron con él el día a día: amigos, trabajadores del Tribunal Electoral y del Instituto Electoral de Michoacán, compañeros de la actual presidenta del TEEM y de productores y de quienes lo acompañaron en su lucha.

Entre oraciones, flores y música, el líder limonero fue despedido con respeto en Morelia, debido a que no existieron condiciones para velarlo y enterrarlo en su propia tierra, tras su asesinato.