Pedro Baltazar, docente de lengua otomí en la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán (UIIM), señaló que el desinterés de las nuevas generaciones en las siete comunidades con presencia de la cultura otomí en Michoacán ha afectado gravemente la transmisión de esta lengua.
Del último registro de 300 hablantes de otomí en el censo comunal de 2019, en 2025 solo permanecen 90 hablantes, informó.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) reporta una población de 1 mil 493 hablantes mayores de 3 años.
“La razón por la que los jóvenes dejan de hablar otomí se debe a varios factores. El principal es la falta de interés por continuar usando la lengua, ya que no se perciben beneficios a futuro, ni en el ámbito laboral ni en la vida cotidiana. Ha habido intentos de revitalización, pero no han perdurado debido al desinterés tanto de las comunidades como de las autoridades”.
El investigador y activista destacó la importancia de crear programas en las comunidades de San Bartolo, San Matías “El Grande”, San Felipe, Zirahuato, Curingueo, San Cristóbal y Carpinteros para preservar esta lengua, llena de historia y tradición en el oriente del estado.