Apatzingán, Michoacán.– Al menos 500 hectáreas de huertas de limón se encuentran abandonadas en la región del Valle de Apatzingán a causa de la violencia, el desplazamiento forzado y la presencia de grupos criminales, reconoció Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores esa zona de la Tierra Caliente.
En entrevista, el dirigente respaldó la estrategia nacional contra la extorsión anunciada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo la cual arrancó en esta región con la instalación de un módulo especial de atención a productores.

“No puedes exponer tu vida al entrar a una región en conflicto. Hay comunidades enteras desplazadas donde ya no se puede producir”, afirmó.
Bravo Manríquez explicó que actualmente hay regiones como El Alcalde, en el sur de Apatzingán, y Las Paredes del Ahogado, al norte de Buenavista, donde los productores han tenido que abandonar sus tierras.
“Estamos hablando de aproximadamente 500 hectáreas que están fuera de producción por temas de violencia. Es un daño patrimonial gravísimo para los campesinos”, declaró.
Aunque celebró que la producción total se mantiene estable gracias a la presencia militar, advirtió que la pérdida de confianza por parte de compradores y comerciantes también representa un riesgo para la economía regional. “Si tú llegas a un lugar a comprar y sales lastimado con cuotas o amenazas, ya no regresas. Lo que queremos es recuperar la confianza y que vuelvan al tianguis del limón”, apuntó.
El representante de los limoneros aseguró que la intervención federal es necesaria y urgente, ya que el problema de la extorsión en la región está vinculado a la delincuencia organizada y supera las capacidades operativas del gobierno estatal.
También resaltó la importancia del nuevo módulo instalado como parte de la estrategia nacional, ya que muchas víctimas no tienen conocimientos o medios para acudir a presentar denuncias formales. “Hay personas que ni siquiera saben cómo ir a una fiscalía. Por eso es importante que este programa esté aquí, con cercanía y con personal que escuche y ayude”.
Finalmente, pidió que la estrategia se mantenga de forma permanente y que se establezca una evaluación periódica de sus resultados, especialmente en regiones productivas golpeadas por la violencia.