Morelia, Mich,.-No se trata del nacimiento de un nuevo volcán, así lo concluyó un equipo multidisciplinario de investigadoras e investigadores de la UNAM y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), tras analizar un fenómeno de altas temperaturas y emisión de gases que se presentó en una huerta de aguacate al noroeste de Uruapan, en abril de este año.
De acuerdo a la información publicada en el portal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el extraño suceso, que generó alarma en redes sociales y especulaciones sobre actividad volcánica, fue reportado el 21 de abril por trabajadores agrícolas, quienes observaron levantamiento de polvo fino, calor en el suelo superior a los 60 °C y vapores. Sin embargo, tras una serie de estudios de campo, análisis sísmicos, pruebas de gases y observación directa, el equipo científico descartó rotundamente que se tratara del surgimiento de un nuevo volcán.

“No hay evidencia de actividad sísmica, deformación del terreno ni concentraciones de gases asociadas a procesos volcánicos”, concluyeron las y los expertos, quienes atribuyen el fenómeno a combustión subterránea de materia orgánica, resultado de incendios anteriores y acumulación de sedimentos volcánicos en la zona.
Los investigadores detallaron que en el subsuelo se encontraron restos vegetales quemados y concentraciones inusuales de dióxido de carbono (CO₂), con niveles que en algunos puntos superaron las 1400 ppm. Este tipo de combustión sin llama ha sido registrado también en otras regiones agrícolas del país, como en el volcán inactivo del Quinceo, en Morelia.

Factores como la deforestación, la alta frecuencia de incendios y el uso intensivo del suelo agrícola contribuyeron al fenómeno, señalaron. Incluso, el vertido de más de 18 mil litros de agua por parte de trabajadores de la huerta para enfriar el terreno pudo haber intensificado la emisión de vapor, haciendo más visible la anomalía.
El grupo de investigación integrado por especialistas de diversas disciplinas recomendó evitar desmontes en zonas de ladera, colocar empedrado para reducir riesgos y establecer un monitoreo permanente de temperatura y gases en el lugar.

Este caso, advirtieron, es un ejemplo de cómo la interacción entre procesos naturales y la actividad humana puede derivar en fenómenos inusuales, que deben atenderse con conocimiento científico para evitar riesgos mayores y desinformación.
Los expertos que estuvieron al frente del análisis son la doctora Ruth Esther Villanueva Estrada (UNAM), Isabel Israde Alcántara (UMSNH), Esperanza Torres (UNAM), Denis-Ramón Avellán (UNAM), Martha Gabriela Gómez Vasconcelos (UMSNH), Teodoro Carlón Allende (UNAM), Ana Teresa Mendoza Rosas (UMSNH), Eduardo Huesca Pérez (UMSNH), Isabel Pérez Martínez (UNAM), Guillermo Cisneros Máximo (UNAM), Irma Fabiola Mendiola López (UNAM), Teresa Pi Puig (UNAM) y Fabiola Vega García (UNAM).