Morelia, Michoacán.- En el marco de la Tercera Asamblea por el Plan de Justicia P’urhépecha, autoridades comunales y habitantes de Jarácuaro alzaron la voz para exigir a los gobiernos estatal y federal atención urgente al deterioro del Lago de Pátzcuaro, así como a las condiciones de salud, seguridad e infraestructura cultural en su comunidad.
A través de un posicionamiento firmado por el Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM), recordaron que Jarácuaro tiene más de 1,500 años de historia viva en la cuenca del lago y fue un centro crucial en la formación del pueblo p’urhépecha. Sin embargo, acusaron décadas de abandono oficial y simulación en los programas de rescate ambiental.
“Miles de millones de pesos se han destinado para salvar el lago, pero los gobiernos no han tenido resultados cualitativos. Año con año, el humedal del lago avanza paulatinamente”, se señaló en el posicionamiento de este miércoles.
Uno de los reclamos centrales es la sustitución del puente que atraviesa la comunidad y que, según sus habitantes, bloquea dos veneros fundamentales para el ecosistema del lago. A pesar de que el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla se comprometió públicamente en julio de 2024 a retirarlo, la promesa no se ha cumplido.
“Ese puente nos perjudica porque tapa los veneros. Queremos recordarle al señor gobernador que es una necesidad primordial para la comunidad de Jarácuaro”, afirmó Magdaleno Macario Constantino, coordinador general de la comunidad.
Además del tema ambiental, las autoridades comunales denunciaron la precariedad del sistema de salud. José Cayetano Ramos Pichu, médico tradicional y director de salud local, explicó que la Casa de Salud de Jarácuaro opera sin recursos, sin reconocimiento oficial y sin adscripción a alguna jurisdicción sanitaria.
“Queremos que funcione nuestra Casa de Salud bajo un modelo híbrido, que combine medicina alopática y tradicional. La medicina indígena fue la base de la medicina actual, pero sigue sin ser reconocida”, declaró.
En esa misma línea, exigieron apoyo para habilitar huertos de medicina tradicional, dotar de insumos a las parteras y curanderos, y garantizar atención médica digna a una población estimada en cinco mil habitantes.
En materia de seguridad, Ernesto Ramos Constantino, consejero de honor y justicia, denunció que la comunidad carece de patrullas y ambulancias. Relató que habilitaron una camioneta como patrulla con recursos propios, pero esta no es suficiente para cubrir los dos barrios y cuatro cuarteles del poblado.
“La administración pasada dejó una ambulancia, pero está en muy malas condiciones. Somos más de cuatro mil personas; una sola patrulla no alcanza. Queremos que el gobierno nos voltee a ver”, subrayó.
También se pronunciaron por el fortalecimiento de su vida cultural. Ramos Constantino recordó que Jarácuaro es la cuna de la emblemática Danza de los Viejitos, sin embargo, sus músicos y danzantes carecen de instrumentos y apoyos gubernamentales, a pesar de representar a Michoacán a nivel internacional.
Finalmente, reiteraron la invitación a la Tercera Asamblea por el Plan de Justicia P’urhépecha que se realizará el 27 de junio en Jarácuaro, donde se abordarán las problemáticas comunes de los pueblos originarios de la región lacustre.
