La temporada fuerte de limón en Apatzingán ha llegado a su fin, y con ella, el cierre temporal de varias empacadoras. De las 27 que operaban en la región, cinco ya han cerrado y se estima que al menos otras cinco están evaluando si retomarán actividades para septiembre u octubre, cuando se reinicie la producción más intensa.
Lo anterior fue señalado por productores del cítrico en esa región de Tierra Caliente, que por temor a represalias prefirieron mantener el anonimato y señalaron que actualmente, solo 22 empacadoras permanecen activas, aunque muchas de ellas han reducido significativamente su operación.
“El pedido baja y de todos modos aquí ya entramos en otra etapa”, explicó un representante del sector. En estos meses, algunas empresas se mantienen con actividad mínima o se enfocan en ventas para la industria, en lugar del mercado fresco.
Además del cierre de temporada, el sector limonero enfrenta serias complicaciones por la inseguridad. “Lo que el sector sigue pidiendo es la detención de los líderes de los principales generadores de violencia. Porque de ninguna otra manera va a existir un escenario diferente”, enfatizó la fuente, señalando que la situación es insostenible sin acciones concretas de las autoridades.
Otro factor que afecta gravemente la producción es el desplazamiento de familias en la región sur de Apatzingán, principalmente en comunidades como El Guayabo, El Alcalde y Bateas. Estas zonas, integradas mayormente por pequeños productores, han quedado con al menos 400 a 500 hectáreas en abandono. “Ellos son las víctimas directas; la movilidad afecta directamente a las familias que dependen del corte, trasiego y comercialización del limón”, lamentó el entrevistado.
Asimismo, los productores han tenido que adoptar medidas de precaución ante el hallazgo de artefactos explosivos en caminos y huertas. “Se han desactivado muchos explosivos. El uso de estos dispositivos no cesa”, denunció, asegurando que se han realizado reportes a la SEDENA para la revisión y limpieza de rutas frecuentadas por trabajadores agrícolas.
Mientras tanto, el sector limonero se prepara para enfrentar un periodo de baja actividad, en espera de que en septiembre pueda retomarse la cosecha con mayor estabilidad. Sin embargo, la incertidumbre sigue latente. “De una manera u otra, la actividad continúa, pero en menor escala. Y mientras no se detenga a los generadores de violencia, no va a cambiar nada”, concluyó el representante.