Morelia, Michoacán – La vida y legado de Monseñor Atenógenes Silva siguen vivos a través de las instituciones que fundó y que hoy continúan con su labor educativa y pastoral, señaló la hermana Marina Pérez Cortés, perteneciente a las Hermanas del Sagrado Corazón y de los Pobres, quien junto con el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, dieron a conocer el proceso de canonización que se lleva a cabo de su vida y obra.
Compartió el impacto de la obra de Monseñor, cuyo enfoque en la formación espiritual, moral y académica ha dejado una huella en generaciones de niños, jóvenes y trabajadores.
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Destacó que además de ser fundador de dos importantes institutos religiosos, Monseñor Atenógenes Silva se preocupó siempre por la educación y el bienestar de los más necesitados. A través de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús y las Hermanas del Sagrado Corazón y de los Pobres, la labor continúa hoy en día en varias ciudades de México y el mundo.
Entre las instituciones que siguen su legado, destacan ocho escuelas y una casa hogar en la arquidiócesis de Morelia, así como centros en Puruándiro, Tuxpan, Jungapeo y otras localidades. Además, la congregación atiende proyectos de pastoral parroquial en lugares como Oaxaca y Tijuana, extendiendo su ayuda a los más vulnerables.
El postulador de la causa, el sacerdote Rafael Carrillo, explicó que el proceso de canonización está en la fase diocesana, en la que se recogen testimonios y documentos históricos sobre su vida y virtudes. Este proceso, que se espera dure entre tres y cuatro años, busca validar su fama de santidad y examinar la heroicidad de sus virtudes.
El camino hacia la canonización sigue un protocolo riguroso, que comienza con una fase de “fama de santidad”, donde la comunidad de fieles venera a la persona y la invoca para intercesión. Luego, se procede con una investigación formal, donde se recogen testimonios y se analiza la vida del candidato. En caso de que se confirmen su vida ejemplar y sus virtudes heroicas, el candidato puede ser declarado “venerable” y, si se verifica un milagro, puede ser beatificado y finalmente canonizado.
Este proceso no solo busca reconocer la santidad de quienes se han entregado a la fe de manera ejemplar, sino también preservar su legado como un modelo a seguir para las futuras generaciones.
En el caso de Monseñor Atenógenes Silva, su vida dedicada a la educación y al servicio de los pobres continúa es un faro de esperanza y fe para muchos, y con la gracia de Dios, su causa de canonización podría avanzar hacia su proclamación como santo.