Hace unos días se hizo una declaración que denudó completamente un sistema fallido, y hablamos no solamente de la estrategia de seguridad de México, se refiere a una relación que se sustentó mucho en la simulación y en la falta de confianza entre países.
El Embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar dijo que la estrategia de “Abrazos, no balazos” del ex presidente Andrés Manuel López Obrador no funcionó para garantizar la seguridad de los mexicanos; lo cual es una verdad que nadie puede negar, aunque muchos se esfuercen en justificar.
Salazar recomendó también a la actual presidenta Claudia Sheinbaum, que hiciera lo necesario para fortalecer la coordinación con gobiernos, fiscalías y países amigos, y no echar la culpa a los Estados Unidos, como sucedía normalmente, y es que debemos recordar que López Obrador ante cualquier crítica o señalamiento, siempre tuvo “otros datos” o responsables.
Ayer mismo, durante una conferencia de prensa, Vedant Patel, vocero del Departamento de Estado, fue cuestionado sobre la nota diplomática que México envió a Estados Unidos tras las declaraciones de Salazar, a lo que respondió que “El embajador Salazar fue muy claro… aún hay trabajo importante por hacer, la seguridad entre México y Estados Unidos es una de nuestras principales prioridades”.
Aunque la presidenta Sheinbaum lo critica por cambiar su postura oficial, es obvio que va de salida y no tiene nada que perder, entonces prefiere hablar con la verdad y exponer la complicidad del gobierno de AMLO.
Hasta los Demócratas tendrán que cambiar su discurso ignorante de que la inseguridad se combate atendiendo las raíces de la pobreza y “sembrando árboles”. Es por esos tipos de declaraciones que muchos mexicanos que viven en el norte, decidieron votar por Trump, para así dar la oportunidad de cambiar la estrategia para combatir a la delincuencia organizada que afecta a ambos países.
El embajador siempre lo supo, pero tuvo que seguir con el discurso falso que definía el posicionamiento oficial de Joe Biden y Kamala Harris en temas de migración y seguridad. Sin duda, la política de “Abrazos no balazos”, fracasó en proteger a los mexicanos, nos arrojó como carne de cañón a la violencia desenfrenada de los cárteles y empoderó a los grupos criminales de los que se supone, debía de protegernos.
Cuando hablamos de reconocer que existe el terrorismo en México, no se trata de subordinación hacia Estados Unidos. En ningún momento se trata de perder nuestra soberanía, se trata de una coordinación real, de un trabajo en conjunto ante un problema que está matando a más y más mexicanos.
Necesitamos que la autoridad acepte la realidad, deje de intentar ocultar la gravedad de la situación que vivimos y de justificar su negligencia en salvaguardar la vida de las madres y sus hijos. Las declaraciones de Ken Salazar, aunque a destiempo, es lo que todos pensamos y padecemos, pero hasta que no se despojen de sus propias mentiras, habremos de seguir igual.