Morelia, Michoacán.- Hace seis años, vecinas de la colonia Jacarandas de Morelia lo perdieron todo en un escenario similar; hoy, a más de 24 horas de iniciado el desfogue de la presa de Cointzio, el agua les llega a las rodillas dentro de sus viviendas, y esperan que el Río Grande se desborde próximamente; no obstante, no tienen pensado recurrir a un refugio: temen que, si se van, alguien les robe las pocas cosas útiles que aún les quedan.
Denisse Fernández es una de las que asume esta postura, a pesar de que su domicilio es uno de los primeros afectados cuando se desborda el río, o cuando el agua comienza a salir por las coladeras como ocurrió este sábado, derivado del importante caudal que tiene a este conducto al límite de su capacidad.
“La verdad que no, porque ahorita, aquí, toda la gente empieza a ver la situación, el movimiento, y tememos que nos abran la casa, saquen las pocas cosas que nos quedan, sí está muy fea la inseguridad ahorita por aquí”.
El desfogue de la presa inició a las 06:10 de la mañana del viernes, se esperaba que las compuertas fueran cerradas a las 06:00 de la tarde, pero los niveles no cedían, por lo que las labores se extendieron de manera indefinida, de acuerdo con lo que refirió la Coordinación de Protección Civil y Bomberos de Morelia (PC Municipal), en torno a las determinaciones tomadas por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
Denisse relató que fue a las 11:00 de la noche cuando el agua comenzó a acumularse al interior de su casa, pero ésta no es la primera sino la cuarta vez que sucede en lo que va de la actual temporada de lluvias; hace un mes, por ejemplo, todos sus muebles y electrodomésticos “estaban flotando”, por lo que, ante la inminente inundación subió al segundo piso los pocos muebles que alcanzó a rescatar en aquella ocasión.
Karina Maral, también vecina de Jacarandas, denunció presunta falta de atención por parte de las autoridades, aunque en este punto no distingue niveles de gobierno ni corporaciones, todos, dijo, acuden solamente a hacer presencia, se toman fotos para acreditarlo y se van, pero los apoyos a los damnificados son prácticamente nulos.
“Nada más vienen, se toman la foto y se van, ¿qué ocupamos y todo eso?, no, nada, ya luego vienen con su medio kilo de jabón, medio litro de cloro, y lávate lo que quieras”.
Otra vecina, quien prefirió no ser grabada, dijo haber perdido medio millón de pesos hace seis años, y las pérdidas se han acumulado temporada tras temporada de lluvia y, sin embargo, coincidió, de las autoridades, “ni sus luces”: esta semana pidieron costales de grava para tapar las entradas de las casas, argumentó, por sexta ocasión este año, sin respuesta exitosa hasta el momento.
Una de las mayores exigencias a las autoridades es la proximidad, ya que la colonia, dijeron las entrevistadas, es habitada por muchas personas de bajos recursos, de la tercera edad y con alguna discapacidad, que tienen poco margen de movilidad en una situación de emergencia, que, lamentablemente esperan, podría darse pronto.
Los niveles del Río Grande han ido en aumento en las últimas horas, pues ya se encuentra a un 100 por ciento de su capacidad en su cruce con Avenida Michoacán y con Benito Juárez, al 95 en Carlos Salazar y en Prados Verdes, al 90 en Tres Puentes y Jacarandas, al 80 en Jaujilla y en la Universidad Tecnológica de Morelia (UTM), así como al 60 en su cruce con Avenida Morelos Norte, según reporte de las 10:30 de la Coordinación de PC Morelia.