En el marco de la conmemoración de fechas que nos invitan a reflexionar sobre la importancia de proteger la vida en nuestro país, especialmente en eventos como un sismo, la columna de esta semana se centra en desmentir un mito común: que la diabetes puede surgir a partir de situaciones estresantes como un temblor.
Este es un buen momento para aclarar que, aunque el estrés puede afectar temporalmente los niveles de glucosa en sangre, no es la causa directa de la aparición de diabetes.
Es común escuchar que a alguien “le dio diabetes por un susto” o que después de una situación de mucho estrés sus niveles de azúcar se dispararon.
Aunque estas creencias se han popularizado, lo cierto es que detrás de estas situaciones hay una explicación bioquímica que involucra al cortisol, una hormona que juega un papel clave en cómo nuestro cuerpo maneja el estrés y la glucosa en sangre.
¿Qué es el cortisol y cómo afecta a la glucosa?
El cortisol es una hormona que se libera en respuesta a situaciones de estrés, ya sea físico o emocional.
Esta hormona, tiene varias funciones, pero una de las más importantes es preparar al cuerpo para enfrentar el peligro.
Durante un susto o evento estresante, el cortisol le dice al cuerpo que necesita más energía para reaccionar, y la fuente más rápida de energía es la glucosa.
Al elevar los niveles de cortisol, el cuerpo empieza a sacar la glucosa almacenada en el hígado hacia la sangre.
Esto aumenta los niveles de azúcar, proporcionando energía rápida para “salir del paso en ese momento”.
Esta es una respuesta natural y protectora, diseñada para ayudar a nuestro cuerpo a reaccionar ante peligros inminentes, pero en situaciones cotidianas, como un susto, esto puede generar confusión.
El mito: ¿Me puede dar diabetes por un susto?
Uno de los mitos más extendidos es que un susto o un evento de estrés repentino puede causar diabetes.
Esto no es cierto.
La diabetes no se desarrolla de la noche a la mañana por un susto. La diabetes tipo 2, la forma más común de la enfermedad se desarrolla a lo largo del tiempo debido a una combinación de factores genéticos, metabólicos y la manera en como llevamos nuestra alimentación.
Lo que sí puede suceder es que, tras un susto o un periodo de mucho estrés, los niveles de azúcar en sangre aumenten temporalmente debido a la acción del cortisol.
Este incremento, sin embargo, es transitorio y no equivale a desarrollar diabetes. Es importante entender que el cortisol simplemente está cumpliendo su función, que es elevar la glucosa en sangre para proporcionar energía rápida.
¿Pero, qué pasa en personas que ya tienen diabetes?
En personas con diabetes, el cortisol puede complicar aún más el manejo de los niveles de glucosa en sangre.
El estrés crónico o los picos de cortisol provocados por situaciones estresantes pueden hacer que la glucosa se mantenga elevada por más tiempo, lo que puede ser problemático para quienes ya tienen dificultades para regular el azúcar en sangre.
Por eso es fundamental que las personas con diabetes aprendan a manejar el estrés, ya que este puede ser un factor que descontrole su condición.
¿Qué hacer ante la duda sobre si en realidad se tiene diabetes y que coincida con un susto sobresalto?
Si tras un episodio de miedo o estrés sientes que tus niveles de azúcar en sangre están elevados, lo más recomendable es acudir a un médico para realizar un diagnóstico adecuado.
Solo un profesional de la salud puede determinar si se trata de un incremento temporal de glucosa relacionado con el estrés o si existe una condición de diabetes mellitus.
Los análisis de laboratorio, como la prueba de glucosa en ayunas son fundamentales para descartar o confirmar un diagnóstico de diabetes.
Ante cualquier duda, la mejor opción es no auto-diagnosticarse y buscar una evaluación médica completa.
Entonces ya lo sabe, la diabetes no da por un susto, es decir, no existe la diabetes sustógena.
Gracias por seguir leyendo estas columnas, nos vemos en la próxima.