“El hombre, es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Dicho popular.
La cúpula liderada por Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo ha logrado el anhelado paso para además de los poderes Ejecutivo y Legislativo, tener el control del Judicial.
Cual líder mafioso, el inquilino de Palacio Nacional usó todo lo que tiene a su alcance para comprar, perseguir y amedrentar a los senadores con los que lograron la mayoría calificada y la consecuente aprobación de la Reforma al Poder Judicial.
La forma es fondo.
El padre e hijo de apellido Yunes, fueron sometidos. Conste, Miguel Ángel Yunes Linares llamó incansablemente a López Obrador loco y corrupto. ¿De qué tamaño es el expediente que tuvo que doblegarse ante ese loco y corrupto?
En pleno debate, Adán Augusto replicó el estilo de su mafioso jefe y mintió con total descaro sobre la situación del senador de Movimiento Ciudadano, Daniel Barreda Pavón, asegurando que estaba en la Ciudad de México; estaba en Campeche para ayudar a su padre que coincidentemente, debía atender una “comparecencia judicial urgente”, que motivó la presencia de la Guardia Nacional rodeando su casa. El circo estaba montado por si fallaban los Yunes.
Para que no queden dudas, los congresos estatales se sumaron a la aprobación de la reforma constitucional en tiempo récord.
Morena es el nuevo PRI, autocrático y corrupto, pero remasterizado, más cínico y vengativo,
La Reforma Judicial es el primer paso de un salto al pasado de cuando menos 5 décadas. Han iniciado con la destrucción de la democracia mexicana, han mandado “al diablo sus instituciones” como lo advirtió López Obrador desde que era candidato de la oposición.
Los siguientes pasos a la oscuridad incluyen aniquilar los organismos ciudadanos autónomos que han sido contrapeso de los poderosos en turno y formalizar la militarización de la Guardia Nacional.
El corrupto López Obrador se ha comprado su impunidad nacional y la de su sucesora. Además, tienen de su lado a una oligarquía del Ejército al que han sacado totalmente a las calles y lo han involucrado en la administración pública que regularmente estuvo reservada para civiles. Todos conocemos los riesgos que eso representa.
Llegará el momento en que la falta de contrapesos y división de poderes la vamos a padecer todos, hasta los que hoy aplauden y defienden la destrucción de las instituciones.
Llegará el momento en el que abusos del poder nos alcancen y ya será tarde. Si acaso, nos quedará otra larga lucha para intentar recuperar los que nos costó muchos años, sangre y vidas.
Tampoco podemos dejar de ver que en esta tragedia todos tenemos algo de responsabilidad. Por supuesto que la mayor parte de esa culpa la tienen los partidos políticos que han gobernado generando hartazgo y que hoy se ubican en una miserable y pragmática oposición. Para colmo, muchos saltan del barco en el que han venido usufructuando antes de que se hunda, para subirse al de Morena o aliados.
Por lo pronto, vale recordar que el único país latinoamericano que elige por voto popular a sus jueces y magistrados es Bolivia, reforma promovida por el expresidente Evo Morales.
Ha resultado un fracaso, reconocido así hasta por legisladores que en su momento la respaldaron, la consideran un fracaso porque el poder Judicial está sometido al Ejecutivo y la corrupción se ha agudizado.
Además, la primera ocasión que sometieron al voto popular a su sistema Judicial en el 2011, el 60 por ciento de los votantes anuló el voto; en la segunda ocasión que fue en 2017, el porcentaje de votos nulos alcanzó el 66 por ciento, y la tercera elección ya no se ha dado ante la falta de acuerdos para construir los listados de candidatos a jueces y magistrados.
Pongamos las barbas a remojar.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
