En vida fueron madres y esposas amorosas, fueron Lupita, Irene, María, Karina, Leonor, ángeles de carne y hueso que hoy sobreviven al olvido que deja el paso del tiempo, en fotos, altares y lápidas del frío cementerio.
En el camposanto de Morelia, los rezos llenaron este día de la Madre el ambiente, las lágrimas asomaron a los ojos y el dolor inundó el corazón en recuerdo de la mamá que ya se fue.

Este 10 de mayo, el panteón municipal se llenó en pocas horas de visitantes, niños, jóvenes y adultos que acuden a rendir tributo a una madre, una abuela o una esposa
Para María de Lourdes, su madre Rita Cruz, fue su compañera, su padre y su amiga, luego de que quedó viuda muy joven.

Acompañada por su nieta María Fernanda, asegura que a 11 años de la muerte de su mami, “no habrá un día” en que deje de extrañarla o sentir dolor por su partida.
“A lo mejor nos faltó más tiempo mutuamente, porque como las dos teníamos que salir a trabajar solo nos quedaba un ratito en estar juntas”.
Los ecos de reclamos maternales parecieron inundar los andadores del camposanto; junto a las labores de limpieza de las tumbas y altares, se escucharon las risas discretas que provocan las anécdotas familiares de mamá y su recuerdo.
Entre los pasillos, destaca una tumba adornada por flores de papel y globos, con la que sus hijas recuerdan a la señora Herminia Saucedo Vilchis, quien partió de este mundo hace 6 años, a causa de un infarto cerebral.

Su hija Cenorina Cornejo Saucedo, asegura que su mamá era una persona muy alegre, a la que siempre le demostró su amor.

“Luego muchas veces las personas se van sin que nosotros les digamos lo mucho que las queremos o lo tanto que sentimos por ellas, nos quedamos con muchas cosas guardadas y por cualquier detalle no lo decimos, es muy importante decirlo en vida”.
Sin embargo, para la familia de María Concepción Padilla el dolor es reciente, la mujer falleció apenas el 18 de abril, por lo que hoy la recuerdan con la música de banda que disfrutaba en vida.
Este 10 de mayo, muchos anhelan volver a escuchar la voz de mamá, otros extrañan su abrazo, su beso amoroso; Reyna y Guadalupe, aguardan junto a una peculiar tumba, rodeada por la figura de un ángel, aseguran que es “el cuidador” de su madre, María de la Cruz Paniagua.

Relatan que fue diseñado por uno de sus hermanos, luego de que su mamá falleció a causa de un infarto; ríen al recordarla siempre de buen carácter y con amor para su familia.
Rosalva Hernández Barajas acudió este día de la madre, a visitar el lugar donde reposan los restos de su suegra, Antonio Arreola Huitrón y los de su esposo, Julio Pulido Arreola, quien falleció hace apenas 2 años víctima de la pandemia.

Para esta mujer, lo importante es atesorar los buenos recuerdos con los seres queridos, por eso siempre le dijo a su compañero de vida cuánto lo quería
“Siempre le decía cuánto lo quería, hasta en el último momento nos quisimos, nos despedimos, no sabíamos que iba a fallecer, me dijo que me amaba y yo le dije lo mismo”.
Se calcula que más de 30 mil personas acudieron este 10 de mayo al Panteón Municipal.