El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, afirmó que no es posible “ser ciegos” ante la disminución de la violencia que registra Michoacán y aseguró que las cifras reflejan una baja en el número de homicidios dolosos, aunque se presentan “incidentes” que se atienden con oportunidad.
Señaló que entre marzo del 2022, cuando se presentaron 266 asesinatos, y marzo del 2023, que se contabilizaron 146, hay una baja de 120 homicidios, lo que no se puede demeritar.
En conferencia de prensa, recordó que, al inicio de su administración, en octubre del 2021 y hasta marzo del 2022, había una tendencia exponencial al alza en el número de homicidios dolosos, al calificarlo como el “reflejo más claro del nivel real de la violencia”, pero a partir de entonces la incidencia ha ido a la baja.
Sin embargo, explicó que con 146 asesinatos en marzo pasado, la disminución es del 42%, en relación del mismo periodo del año anterior y aunque reconoció que la cifra “sigue siendo terrible”, confió en que de continuar con este paso, el estado saldrá del lugar número 10 en la tasa de homicidios, que refleja “el tema de violencia directa contra la población”.
Ramírez Bedolla, aseguró no estar aún conforme con este resultado, pero reiteró que hay mejores condiciones, incluso para transitar en carreteras, a diferencia de hace 2 años cuando no se podía circular en una tercera parte de las vías de comunicación del estado.
Como única referencia directa a los hechos violentos de los últimos días, retomó de manera breve el enfrentamiento en Misión del Valle que se registró el pasado 4 de abril, al señalar que se logró la detención de 7 personas y que a diario “hay que atender la situación de seguridad en Michoacán”.