Con una afluencia moderada, pocas lápidas adornadas y sin filtros sanitarios, así se vivió el primer día de noviembre en el panteón municipal de Morelia, donde se conmemoró como es tradicionalmente a los “santos” luego de cerrar sus puertas por la pandemia del Covid-19.
Con el sentimiento de nostalgia y tristeza pero con todo el amor, la señora María Socorro Velázquez como cada año, con flores, fotos, figuras católicas, adornó la lápida de su hija, quien falleció al mismo instante de nacer hace 33 años, y aunque sólo fueron 9 meses en su vientre, fue suficiente para sembrar en ella un gran amor, sin embargo dijo, es inevitable recordar con tristeza también, aquel momento en el que despertó después de estar anestesiada y no recibir en brazos a su bebé, lo que sin duda nos compartió, fue el dolor más profundo que la vida le ha dado.
Mientras tanto, para la señora Refugio y su familia, este día, representa una gran tristeza, ya que, de sus 3 hijos, 2 de ellos ya murieron, uno hace 4 años y el otro cuando tenía tan sólo 8 años de edad, ambos en accidentes automovilísticos.
Con lágrimas y nostalgia, nos compartió los recuerdos que tiene de cada uno de sus hijos, destacando la forma de ser, las sonrisas tan peculiares y lo aplicado que era en la escuela, memorias que conservan como los mejores legados, y aunque su vida ya no ha sido la misma desde la partida de sus dos hijos, Dios la ha enseñado a vivir con ese dolor, convirtiéndolo en fortaleza y amor para salir adelante.
Entre ofrendas, música, oraciones, flores y globos, así fue como morelianos se prepararon para recibir a sus seres queridos que hoy ya no están con vida.