Jessica González Villaseñor forcejeó y luchó por su vida. Al cumplirse 2 años de su feminicidio, el perito en criminalística a cargo de la Unidad de Servicios Periciales y la Escena del Crimen reveló en la audiencia del juicio oral, que la joven murió a causa de los golpes que recibió en la cabeza, en un lugar distinto a donde fue abandonado su cuerpo.
En esta fecha emblemática, familiares y amigos colocaron desde temprana hora 2 mantas en la reja que protege el edificio del Poder Judicial: una con la de foto de Jessica, para recordar que tras “2 años de impunidad, los únicos derechos que se han cuidado son los del feminicida”.
La otra, con la foto de Diego Urik, N., el imputado como presunto responsable del feminicidio; al que se sumaron las imágenes de 3 jóvenes, y la de Hanna, quien le habría ayudado no sólo a llevar el auto que utilizaba de manera cotidiana al lavado, sino que guardó en su casa -a petición del detenido-, un hacha y una chamarra café.
La audiencia se desarrolló en medio de nerviosismo e inquietud de los asistentes, mientras se sumaron 2 defensores a los 8 que ya tienen a su cargo la representación jurídica del detenido, que fue trasladado al sitio por primera vez con al menos 14 minutos de retraso.
Su padrastro Bruno fue requerido en varias ocasiones por la policía penitenciaria, que estuvo a punto de impedirle que ingresara a la audiencia, pero tras breve forcejeo y la petición del juez que nadie abandonara el recinto, el tema quedó arreglado.
“Advertí un problema de seguridad afuera, por eso les pedí que nadie abandonara el lugar”, explicó el juez Ariel Montoya Romero.
Pero esas circunstancias no retrasaron el testimonio del perito en criminalística, responsable de coordinar al equipo de peritos que tuvo a su cargo, el levantamiento del cadáver y el procesamiento del sitio, es decir, la toma de fotografías y la búsqueda de indicios.
A las 15:55 horas del 25 de septiembre del 2020, acudió al fraccionamiento Bosques Monarca, donde fue localizado el cadáver de la joven en un predio rústico y boscoso, cercano a un arroyo de 1.5 metros de ancho.
De acuerdo a su descripción, el cuerpo se encontraba a 4 metros del arroyo, sobre una vereda improvisada, boca arriba; tenía una mano sobre el abdomen y otra sobre la cabeza; estaba semidesnuda, con una blusa café jalada hacia arriba, el sostén en abdomen y los senos expuestos, sin “prendas íntimas”, ni pantalón y descalza. Señaló que en el informe del médico forense se consignaron 31 golpes.
Informó que a 75 metros del cuerpo se encontró una “sábana o cubre colchón” color azul, además de que se embaló un reloj de manecillas que tenía puesto la joven, los cuales se anexaron a las evidencias del caso.
Sin medios de comunicación ni asistentes a la audiencia, en respeto a la privacidad de Jessica, se expusieron una serie de fotografías con las que el perito ilustró sus hallazgos, al señalar que fue asesinada en un sitio diferente.
“Ahí fue trasladada, pero ahí no la asesinaron”, afirmó, al explicar que no encontraron restos de la agresión en el sitio.
En la audiencia, se mostraron además fotografías de la reconstrucción de los hechos que dirigió el perito, en los que se constató que una persona con la complexión como la de Diego, podría haber cargado a una mujer delgada, como Jessica, desde donde acaba la calle y hasta donde fue depositado el cadáver.
También explicó que tras la revisión de las cámaras de seguridad del fraccionamiento, se constató que a las 16:22 horas del 21 de septiembre del 2020, el vehículo Polo Gris que utilizaba Diego, ingresó con 2 hombres a bordo; a las 16:43 horas salió un hombre con un guante azul y a las 17:48, ingresaron un hombre y una mujer.
A partir de esta hora, no fue posible constatar el lugar donde el vehículo se detuvo cerca de 36 minutos, pero por la trayectoria, el perito calculó que fue en una zona conocida como “Selva Negra”, donde se habría cometido el crimen y luego se abandonó el cuerpo de Jessica en el bosque localizado donde termina la avenida de Las Ranas.
El perito señaló que el vehículo de Diego vuelve a aparecer en las cámaras de seguridad, cerca de las 18:43 horas, ya en la avenida donde se localiza su domicilio.
De acuerdo a su peritaje, Jessica estaba de frente a su victimario cuando recibió el ataque que la privó a la vida. Solo una persona la habría asesinado al someterla totalmente.
Los abogados particulares no centraron su defensa en las pruebas aportadas, sino en desacreditar la experiencia del perito, que aseguró tener al menos 10 años dedicado a este trabajo.
Sin embargo, reconoció no estar titulado como licenciado en derecho y desconoció algunos términos que se utilizan de manera usual en dicho ámbito.
El perito también fue el responsable de localizar y “embalar”, el hacha y la chamarra café que Hanna, la amiga de Diego, guardó en casa de su mamá, a petición del joven.
Explicó que la encontró dentro de un cesto plástico azul que estaba en la sala de una casa, de la colonia Montaña Monarca.
