Por otro año más de trabajo y salud, albañiles celebran a la Santa Cruz

Por otro año más de trabajo y salud, albañiles celebran a la Santa Cruz

Por un año más de salud y trabajo, cientos de albañiles presenciaron la misa tradicional dedicada a la Santa Cruz celebrada en el templo de San Diego y que se recuerda cada 3 de mayo.

Con cruces de madera, varilla, celofán, de flores y hasta de cemento, los trabajadores de la construcción llenaron la avenida Tata Vasco, al registrarse casi el doble de la asistencia en comparación del año pasado cuando la pandemia del COVID-19 mantenía altos niveles de contagio.

La instalación de un templete se hizo presente en la plaza Morelos, desde donde un sacerdote lanzó agua bendita.

Cargado con una cruz detallada de herramientas de la obra, Ricardo Monroy, maestro albañil, dijo que asistió para pedir por él, su familia y sus compañeros; escuchar la misa le llena de emoción por el amor a su trabajo.

“Soy albañil. Soy maestro. Le hago a todo. Azulejos, pisos, aplanados, todo. Todo. A veces siento una cosa muy bonita, la verdad. En pocas palabras, si vuelvo a nacer, vuelvo a ser albañil, me gusta muchísimo mi trabajo”

Patrona de la salud y del resguardo, Víctor Castro Reinoso le pidió a la Santa Cruz la bendición y protección en la obra cada día que sale a trabajar. Encomienda que repite desde hace 18 años.

“Pues le pedimos la bendición para nosotros en la obra, para que nos proteja, porque por los riegos que lleva uno. Uno siente bonito al venir de saber lo que uno anda arriesgándose por allá”

Para otros, la cruz debe ser elaborada con su propio puño con el que cooperan para construir una casa. Ser albañil representa un sacrificio porque se trabaja en el frío, en el calor, un trabajo duro que se ama con el paso del tiempo, expresó Javier Alcántar.

“¡Ay hermano! Este es un sacrificio grande, enorme, porque trabajas en el frío, calor y soportas todo. Está difícil, pero es bonito, nos gusta y por eso lo hacemos, lo hacemos con el corazón”

Al concluir la celebración eucarística, los asistentes se dispersaron, listos para llevar la cruz y ponerla en la cima de la obra, para después disfrutar del festejo.