En un sorpresivo giro del caso, Estephani N. confesó su culpabilidad en el homicidio de la enfermera Xitlali Elizabeth Ballesteros Heredia, sin embargo, a 1 año 6 meses 9 días del crimen, reveló que el golpe que le arrebató la vida a la joven profesionista fue asestado por la otra vinculada a proceso, Laura Angélica N.
Con la mirada fija en el piso, la abogada de 30 años de edad decidió “declarar de manera libre” y exponer “su historia” ante el “amarillismo” con el que, aseguró, se ha abordado el tema.
En el arranque del juicio oral, sólo la voz atropellada de Estephani se escuchó durante prácticamente hora y media en la audiencia, pese a la sorpresa de su abogado y la evidente molestia del defensor de la otra imputada que en su argumentación inicial, había expuesto que su representada estaba amenazada, pero había sido engañada y utilizada, para hacerla parecer como responsable de un hecho que no cometió.
Estephani N, se presentó ante la audiencia como una profesionista, mamá de 2 hijos y sobrina de la pareja sentimental de la enfermera, identificado como Luis A. una eminencia médica. La mamá y hermanas de Xitlali recién habían abandonado el recinto, en espera de ser llamadas al estrado, como testigos del caso.
De cabello rubio, la imputada señaló que la relación de la enfermera con su tío, había terminado con un matrimonio estable y había afectado a 3 hijos, además de que había generado una división en la familia, ya que mientras algunos apoyaban al médico, otros optaban por apoyar a su ex esposa.
En su caso, relató que al fallecer su papá, terminó su matrimonio y quedó con 2 hijos a cargo, con lo que descuidó su físico y comenzó a hacerse adicta a la brujería. Es en esta etapa donde conoció a Laura, al ser recomendada por una conocida, como una bruja que trabajaba con la Santa Muerte.
Señaló que de manera coincidente, comenzó también a recuperar su estabilidad económica y el padre de su hijos comenzó a buscarla, lo que atribuyó a las limpias y consejos de Laura.
“Luego de 3 años, el papá de mis hijos me buscaba y teníamos relaciones sexuales. Yo recurría para todo a la brujería y le pedía que me dijera que hacer y que no hacer”.
Sin inhibiciones, relató que cuando se le detectó el cáncer a su tío, Laura le hizo creer que era consecuencia de las brujerías que Xitlali hacía al médico y que debían contrarrestar esa magia, por lo que empezaron a comprar velas, cirios y todo tipo de objetos para acabar con el embrujo.
Ante la mirada azorada de los fiscales, que apenas minutos antes habían solicitado 50 años de prisión para cada una de las imputadas, la abogada señaló que así comenzaron a planear que el 30 de septiembre, ella tenía que poner un fin a las acciones de Xitlali a la que consideraban causa de la destrucción de la familia.
Así la citó en esa fecha a un conocido café de Morelia, donde la enfermera conoció a Laura, bajo pretexto de que rentaría una casa que administraba a su esposo. Luego se desplazaron a la casa de la abuela de Estephani, donde le reclamó a Xitali estar interesada únicamente en el dinero de su tío.
La discusión verbal entre ambas mujeres llegó a los golpes, mientras Laura invocaba a la Santa Muerte que tiene tatuada en uno de sus brazos.
De acuerdo a la imputada, de los golpes pasaron a lanzarse objetos de cristal que estaban en la casa, mientras que Laura intentó en repetidas ocasiones asfixiar a Xitlali con un cargador de teléfono, pero tras una batalla campal, le asestó un golpe con un martillo en la cabeza con el que terminó su vida.
Tras el shock inicial, ambas mujeres se asearon y limpiaron la vivienda; “te quiero chingona”, habría señalado Laura a Estepanhi, presa de los nervios, pero segura de que había actuado para beneficiar a su tío.
Recordó que subieron el cuerpo al carro de Xitlali, tras envolverlo en sábanas y bolsas de plástico negras. Se dirigieron a la salida a Salamanca y tras algunas horas de viaje, encontraron una parcela donde arrojaron el cuerpo y decidieron abandonar el carro en la carretera Huandacareo-Cuitzeo, para no afectar las finanzas del médico, al calcular que el Mercedes tenía un valor superior al millón de pesos.
Ambas mujeres regresaron en taxi a Morelia, pero fueron requeridas por la Fiscalía, que las sometió a interrogatorios por separado, al ver las heridas que tenían en varias partes del cuerpo. Finalmente, el 6 de octubre fueron detenidas, acusadas de homicidio calificada, luego de que revelaron el lugar donde se deshicieron del cuerpo de la enfermera.
Tras ser vinculadas a proceso, este viernes inició el juicio oral y por primera vez desde los hechos, Esthepani relató de manera detalla lo ocurrido, pidió perdón a la familia de Xitlali y aseguró que aceptará su responsabilidad por lo ocurrido.
“Le pido una disculpa a la familia de Xitlali y asumiré mi responsabilidad, sé que tengo que pagar y asumiré mi responsabilidad”, repitió.
Solo lamentó no estar con sus hijos en esta etapa.
“Mis hijos no tienen a su mamá, no estoy muerta, pero no los podré llevar a la escuela. Xitlali murió pero yo estoy presa, no voy a ver crecer a mis hijos”.
El juicio oral continuará el próximo 19 de abril a las 11:30 horas.
