Miles de morelianos mayores de 18 años acudieron este martes a completar su esquema de vacunación anti COVID con AstraZeneca, luego de quedar rezagados del proceso por diversos motivos y preocupados por la alta incidencia de contagios, ante la presencia de la variante Ómicron.
En las inmediaciones del antiguo Poliforum, hoy Colegio de Morelia, la fila de jóvenes y adultos era interminable; se extendía por la avenida Guadalupe Victoria y luego por el Libramiento Capitalino hasta adentrarse a las colonias, donde hombres y mujeres aguantaron por cerca de 10 horas las inclemencias del clima para recibir el biológico.
Valeria Martínez, calificó la jornada “como un total desastre”, al referir que la aglomeración no solo es un foco de contagio, sino que fue una pésima idea convocar a todos los rezagados sin considerar las largas filas que esto provocaría
“Fue un total desastre, porque no hubo organización ni tampoco yo, abarcaron muchos rangos de edades”.
Explicó que las filas que se formaron durante la vacunación de los jóvenes de más de 20 años, la hicieron esperar a que se abriera otra oportunidad, mientras que su amiga Damaris, aseguró que en su momento no acudió porque resultó contagiada de la enfermedad y ahora ha sido una constante la falta de información.
“Me dio COVID y ya hasta ahorita tuve oportunidad y bueno, porque salió, porque ni dicen exactamente cuando es, sale la información como 2 días antes, entonces también es falta de información”.
Bajo una chamarra con la que formó una improvisada protección para el sol, la señora Guadalupe narró que llegó a las 6:00 de la mañana y para las 2:00 de la tarde, aún tenía un kilómetro que recorrer para llegar al acceso principal de la zona de vacunación.
“Es un amontonadero, en vez de salir uno bien, va a salir con la enfermedad, no sé por qué hacen esto, deberían poner varios módulos para que la gente no ande así”.
Aseguró que no se enteró de la fecha en la que se aplicó la segunda dosis, pero su compañera de espera, Sofía Villagómez expuso que en su momento no tenía siquiera para para pagar el transporte público, por lo que decidió esperar.
“Lo que pasa es que no tenía para el camión, vengo de Metrópolis 2, y ahorita dije, tengo que aprovechar”.
En la fila, amas de casa, jóvenes estudiantes y personas dedicadas a todo tipo de actividades, como Josafat Pedraza, un “maistro” albañil, pidió que se instalen más módulos que eviten no solo la propagación de la enfermedad, sino que se pierdan días laborales, como le ocurrió cuando intentó ponerse la segunda dosis.
“Igual, las filas largas, como uno trabaja, pierde en sí, su día de trabajo, uno y a veces arriesgando que el patrón le diga hasta aquí nomás”.
