“Crecemos en una sociedad basada en la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas”. Carl Edward Sagan, (1934 – 1996), astrónomo y divulgador de la ciencia.
A propósito de la reciente despenalización del aborto en nuestro país, muchos sectores de la población han celebrado este acontecimiento, sin saber que, esta decisión carece de los principios biológicos más elementales.
La práctica del aborto intencional es un atentado contra la vida de un ser humano en cualquier estadio que ésta se encuentre durante su gestación.
Al respecto, debemos profundizar en la inconsciencia y desensibilización sobre esta práctica, puesto que es notorio que la sociedad que celebra este suceso carece del conocimiento sobre los aspectos biológicos que sustentan el inicio de la vida de un ser humano.
El mejor ejemplo de nesciencia sobre este tema, lo escuchamos el pasado 8 de septiembre de voz del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien afirmó lo siguiente:
“… el día de hoy, es un paso más en la lucha histórica por su igualdad, por su dignidad y por el pleno ejercicio de sus derechos. Este tribunal constitucional demuestra, una vez más, con los hechos y con sus sentencias, que su único compromiso es con la constitución y con los derechos humanos.”
Tal vez la referencia sobre el compromiso con la constitución es válida en lo jurídico, no así para los derechos humanos.
Usted no me dejará mentir cuando se abre el debate sobre el aborto, donde muchos afirman que no es un ser humano el que es abortado, argumentando que todavía no siente, que no experimenta sensaciones, o lo más absurdo que he escuchado, es que no tiene derechos como cualquier otra persona en la vida extrauterina.
Ante estos argumentos, me permito compartirle dos bases biológicas fundamentales que explican en dónde se da el inicio de la vida humana.
Primer fundamento biológico: La célula es la unidad estructural y fundamental de la vida.
La materia está hecha de partes y en la materia viva, esas partes se llaman células. Este concepto es vigente desde hace 182 años, a partir de la concepción de la teoría celular en 1839 por el fisiólogo alemán Theodor Schwann, basada en la evidencia científica de sus experimentos.
El concepto de la palabra vida, deriva a partir del resultado de la complejidad que se genera en los fenómenos fisiológicos y bioquímicos a nivel celular. De ahí que, en el desarrollo embrionario, así sean dos, cuatro o más células, un embrión tiene vida.
Segundo fundamento biológico: La información genética en su totalidad determina la diferenciación entre una especie y otra.
Los cromosomas son las partecitas al interior de las células de los seres vivos que contienen la información genética completa, lo que hace diferente a cada especie, manifestándose en el fenotipo que es lo que podemos apreciar a simple vista, como la forma y rasgos físicos, y en el genotipo, que es lo que no podemos ver puesto que se encuentra en nuestros genes al interior de nuestras células.
La vida de un ser humano comienza desde la unión de un espermatozoide con un óvulo dando paso a la formación de una célula con 23 pares de cromosomas (22 pares autosómicos, y un par de cromosomas sexuales, XY y XX) que, durante el transcurso de su multiplicación, heredará la misma información genética a las nuevas células, además de que se expresará de forma diferente a lo largo de toda la vida del nuevo ser humano, incluyendo las primeras 8 semanas de vida en el vientre materno conocidas como periodo embrionario.
Así, durante este periodo y los que le siguen, un embrión de la especie humana ya cuenta con la información genética completa en diferente estadio de su evolución, lo que nos permite decir que es el equivalente a decir: un ser humano, no así para los argumentos como: un “posible” ser humano, o, “una parte” del comienzo de un ser humano o lo que es más absurdo, un “potencial” ser humano.
Bien dicen que el sentido común es el menos común de todos los sentidos.
Para finalizar, mi decisión de defender la vida humana en cualquier estadio que esta se encuentre, parte de la evidencia científica, misma que debería ser tomada en cuenta por los jueces y demás sectores de la sociedad, al momento de emitir determinaciones que más allá de ser justas, caen en severas contradicciones.
Quedo al pendiente de sus comentarios, mismos que serán bienvenidos en aras de generar un debate sano con argumentos sólidos basados en el conocimiento científico.
Hasta la próxima.
