Se requiere de inclusión para que haya democracia, ya que la igualdad no sólo debe ser reconocida en las leyes y normas, sino ser llevada a cabo en la realidad, coincidieron diversos especialistas que participaron en la mesa de análisis “La importancia de la democracia incluyente”.
El titular del Consejo Estatal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y la Violencia en Michoacán (Coepredv), Alberto Hernández Ramírez, refirió que la participación política es un derecho humano básico, sin embargo los grupos minoritarios no han sido lo suficientemente incluidos, como las comunidades de sordos, LGBTI+, de migrantes, de personas con discapacidad, indígenas, mujeres y jóvenes, argumentaron.
“No se puede hablar de democracia plena cuando hay sectores de la población que no pueden ejercer en su totalidad sus derechos, hoy siguen siendo vulnerados en sus derechos políticos electorales”.
Añadió que no es suficiente el voto de personas con discapacidad o transexuales en la jornada electoral, ya que estas minorías deberían tener generadas las condiciones para participar como candidatos, no sólo como receptores de credenciales o expedidores de papelería el día de la elección.
En su intervención, la secretaria de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres en el estado, Nuria Gabriela Hernández Abarca puntualizó que la participación de las mujeres y jóvenes en los procesos electorales debe ser parte del cumplimiento legislativo, debido en el listado nominal representan, 52 y 30%, respectivamente.
“En Michoacán somos el 52% de la lista nominal las mujeres y en el caso de los jóvenes son el 30%, es decir, ambos sectores poblacionales son de vital importancia para la transformación de la política pública y de la sociedad. Una democracia incluyente tenemos que hablar de todas las personas que habitamos en un país y en este sentido crear condiciones y políticas públicas para ejercer este derecho de participar políticamente en condiciones de igualdad y libres de Violencia”.
El representante del “Colectivo Michoacán es Diversidad”, Rafael Escutia Garmendia, señaló que la población LGBTTTI ha sido excluida no propiamente por su vulnerabilidad, sino por las reglas políticas, sociales y valores culturales que existen en la sociedad, bajo los cuales se crean prejuicios sobre la participación de este sector en la vida pública y política del país.