Corría el año de 1987, el presidente de la Madrid recién reconocía al narcotráfico como un problema de carácter nacional.
Lo que él no sabía es que ese no sería uno de los mayores problemas de su sexenio.
Apenas 1 año atrás, una explosión en la central nucleoeléctrica de Chernobyl liberaró enormes cantidades de material radiactivo a la atmósfera (137-Cs, 134-Cs, 131-I y 90-Sn).
Las partículas radiactivas se extendieron rápidamente por el aire en Europa y Asia.
Las fuertes lluvias en algunos países causaron que estos elementos se precipitaran, combinándose ahora con los suelos y algunas especies de plantas. El 137-Cs se une fácilmente a los cloruros para formar nuevos compuestos químicos.
Por esta razón la cadena alimenticia se vio comprometida.
Los animales (vacas) consumían las plantas contaminadas (red heterotrófica) acumulando ahora en ellos la contaminación, a este proceso sucesivo se le llama bioacumulación. De esta manera el 137-Cs llegaría a la leche en polvo, pero ¿Cómo llegó la leche radiactiva desde el norte de Irlanda al desayuno de miles de mexicanos?
El gobierno mexicano a través de la extinta CONASUPO (Compañía Nacional de Subsistencias Populares) en convenio con la empresa Irish Dairy Board (hoy llamada Ornúa) acordaron la compra de 40,000 toneladas de leche descremada en polvo proveniente del norte de Irlanda.
La leche en polvo arribaría el 13 de junio de 1987 al puerto de Veracruz. Esta leche fue distribuida por la CONASUPO con niveles de radiación 10 veces mayores a los permitidos por la organización mundial de la salud en consumibles lácteos. El límite para 137-Cs es de 1000 Bq/kg (Becquerel por kilogramo).
La empresa irlandesa intentaría en repetidas ocasiones vender este mismo producto al gobierno de Brasil el cual no aceptaría jamás el trato, así lo relató el embajador de México en Brasil Antonio Gonzales Quintanilla.
Gracias a los esfuerzos del Vicealmirante Manuel Rodríguez Gordillo y el físico Miguel Ángel Valdovinos se logró detectar el contenido radiactivo de este producto.
Esto haría que las 40,000 toneladas de leche en polvo contaminadas fueran regresadas al puerto de Veracruz, para su posterior partida a Irlanda, al menos eso se pensaba, ya que, en un acto de repugnante corrupción, el cargamento que zarpó del puerto de Veracruz increíblemente regresaría a México por el puerto de Tampico, para de ahí ser distribuido por tren a las respectivas tiendas de la CONASUPO.
El peligro real de la exposición humana a la radiación yace en el tiempo de exposición.
El tiempo que duramos expuestos a la radiación es el factor clave en el desarrollo de posibles enfermedades que van desde quemaduras en la piel hasta el desarrollo de algún cáncer. Los tipos de cáncer más comunes son cáncer de tiroides, leucemia (por la prolongada exposición de la medula ósea a la radiación) y osteosarcoma.
Un estudio realizado en la Universidad de Uppsala, Suiza, por el equipo del Dr. Robert Walinder encontró un leve incremento en la incidencia de cáncer en los poblados que fueron expuestos a la radiación de 137-Cs proveniente del reactor nuclear de Chernobyl.
Estos resultados fueron publicados hace tan solo 5 años en el 2016 debido al tamaño y complejidad del estudio. El leve incremento no pudo ser asociado a un tipo de cáncer específico, pero si fue suficiente para causar una preocupación en la comunidad europea.
Un leve incremento en la población muestreada es de gran impacto al considerar la cantidad de países que se vieron expuestos a la radiación.
“La incidencia de cáncer infantil aumentó 300% en la década que va de 1987 a 1997, al grado que se calcula que la afectación anual es de unos 900 niños de los cuales el 30% muere”
(Cárdenas,2014)
Todo esto lo mencionó la Dra. Cárdenas sin correlacionar de manera directa el incremento de cáncer con la distribución del producto lácteo radiactivo.
La radiobiología es la ciencia que estudia los efectos que se producen en los seres vivos tras la exposición a energía procedente de las radiaciones ionizantes. Esta ciencia ha demostrado que las lesiones presentadas en una célula por la radiación no son inmediatas.
Los efectos suelen presentarse hasta años después como es el caso de Maribel Torres, hija del ingeniero Teodoro Torres, el ingeniero en entrevista con el grupo imagen comenta que él tuvo la oportunidad de conocer los laboratorios de la CONASUPO.
Siempre los encontró en buen estado, por esta razón fue que decidió alimentar a su hija con la leche de la CONASUPO, a la edad de 10 años la pequeña Maribel comenzó a tener fatigas constantes.
Algo que no era normal en ella comentó el ingeniero, esto causó la preocupación de la familia. Esta preocupación desgraciadamente culminó en un diagnóstico de osteosarcoma.
El fallecimiento de Maribel Torres en el 2001 a los casi 15 años, nos hace preguntarnos varias cosas.
¿Cómo podemos evitar tragedias de este tamaño en un futuro? ¿Qué papel jugamos como ciudadanos, profesores, alumnos, científicos en estas tragedias?
El olvido no exonera de responsabilidades, pudiste ser tú, pude ser yo, esta vez fue Maribel y muchos otros más, pero ¿Quién será la próxima vez?
Fuentes:
Alinaghizadeh, H., Wålinder, R., Vingård, E., & Tondel, M. (2016). Cs fallout in the most contaminated counties in Sweden after the Chernobyl nuclear power plant accident : a register-based study. https://doi.org/10.1136/bmjopen-2016-011924
Bromet, E. J. (n.d.). Mental health consequences of the Chernobyl disaster. 71. https://doi.org/10.1088/0952-4746/32/1/N71
Navarrete, J. M., Martínez, T., & Cabrera, L. (2007). Comparative study between radioactive contamination in powder milk by Chernobyl accident ( 137 Cs ) and natural radioactivity ( 40 K ). 272(2), 277–278. https://doi.org/10.1007/s10967-007-0515-4
